Una
viña se encontraba exuberante en los días de la
cosecha con hojas y uvas. Una cabra que pasaba
por ahí mordisqueó sus zarcillos y tiernas
hojas. La viña le reclamó:
-¿Por qué me maltratas sin causa y comes mis
hojas? ¿No ves que hay zacate suficiente? Pero
no tendré que esperar demasiado por mi venganza,
pues si sigues comiendo mis hojas y me maltratas
hasta la raíz, yo proveeré el vino que echarán
sobre ti cuando seas la víctima del sacrificio.
Los
maltratos hechos con intención, tarde o temprano
regresan a quien los hizo, muchas veces bajo otra
vestidura.
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